Me duele la espalda. ¿Será lumbago? ¿Será ciática?
El dolor de espalda es una de las causas más comunes por la que los pacientes acuden al especialista reumatólogo. Y una de las causas más frecuentes de incapacidad laboral temporal en nuestro medio.
El dolor de espalda no siempre es solo un dolor pasajero, denominado lumbago mecánicoo o una ciática, aunque son causas bastante frecuentes. Por eso, lo más recomendable es solicitar cita con el especialista reumatólogo para que determine a qué se debe el dolor de espalda en cada caso concreto.
¿Cuál es la diferencia básica entre el lumbago y la ciática?
El lumbago es un dolor concentrado en la parte más baja de la espalda (lumbar). En el caso de la ciática, el dolor se suele extender desde la región lumbar hasta las piernas llegando, incluso, a los dedos de los pies y puede ir acompañado de hormigueo, entumecimiento, dolor tipo quemante en la extremidad o sensación de debilidad.
¿Cuándo ir al médico? Síntomas del lumbago
- Si además del dolor de espalda, aparecen episodios de fiebre es un síntoma claro de que es necesario pedir cita con el especialista.
- Si el dolor de espalda impide o dificulta el sueño nocturno, incluso nos despierta por la noche.
- Si el dolor es de características diferentes o de mayor intensidad.
- Si se ha empezado a sentir tras un golpe o una caída.
- Si el dolor dura más de cuatro semanas.
El lumbago puede ser agudo, (menos de 3 semanas),subagudo (3 semanas a 3 meses) o crónico ( más de 3 meses). Según su duración.
Causas del lumbago
Las causas del lumbago son múltiples y variadas.
Las causas más comunes del dolor de espalda o lumbago son cambios degenerativos, contractura por sobre esfuerzo, fracturas por osteoporosis o la compresión del nervio ciático u otras raíces nerviosas, ya sea por protrusiones marcadas o hernias discales.
Por otro lado, aunque menos frecuente, las enfermedades autoinmunes pueden tener representación en la columna lumbar y creerse que es solo un lumbago cuando se trata de una enfermedad mucho más compleja y con implicaciones más importantes, incluso a nivel sistémico (involucrar otros órganos, articulaciones o regiones de la columna),como puede ser la artropatía psoariasica, la espondilitis anquilosante o las espondiloartropatias asociadas a enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, y es ahí donde el especialista de reumatología cobra mayor importancia.
Por otro lado, un lumbago o dolor en la región lumbar se puede deber a patologías diferentes pero que se reflejen en esta zona, como en los órganos internos como una infección renal, una litiasis (cólico) renal, patología tumoral e incluso arterial aortica. De ahí la importancia de acudir a su médico especialista para ser valorado y poder recibir el tratamiento adecuado.
¿Se puede prevenir el lumbago? Factores de riesgo
Aparte de enfermedades que pueden provocar el lumbago, como la artritis o la osteoporosis, existen otros factores que pueden contribuir al inicio o empeoramiento de un lumbago:
- Edad: aunque el dolor de espalda puede aparecer en cualquier momento, incluidos niños y adolescentes, es más frecuente a partir de los 40 años.
- Ejercicio físico: la falta de ejercicio físico, que conlleva a la debilidad y poca flexibilidad de los músculos menos utilizados de la espalda, parte posterior de las piernas y el abdomen pueden ser también causa de lumbago. Por ello, se recomienda la realización de actividades como caminar, nadar y ejercicio para fortalecer la espalda y el abdomen. Lo ideal hacerlo de forma regular y con una buena guía.
- Sobrepeso: el exceso de peso supone una sobre carga para la espalda. Por ello, es importante mantener un peso saludable para reducir la presión y evitar el dolor de espalda.
- Movimientos inadecuados: levantar y sostener objetos de forma inadecuada repercute sobre la espalda. A la hora de hacer esfuerzos levantando peso, por ejemplo, hay que usar las piernas y no “tirar” de la espalda, manteniendo la espalda recta, sin encorvar y flexionando las rodillas. Aunque parezca obvio, si el objeto es demasiado pesado, pide ayuda.
- Posición corporal: mantener una buena postura ayuda a reducir la tensión sobre los músculos de la espalda. No encorvarse, mantener una posición pélvica neutral o no permanecer parado a pie fijo durante mucho tiempo son algunas de las recomendaciones para no sobrecargar la espalda. A la hora de sentarse, es aconsejable cambiar de posición con frecuencia, elegir un asiento con un buen apoyo lumbar y mantener rodillas y caderas al mismo nivel.
Diagnóstico del lumbago
Además del interrogatorio (conocido como anamnesis en medicina), una exploración física y solicitar las pruebas adecuadas a cada caso. Estas primeras evaluaciones pasarán a formar parte del historial clínico (link historial), primer paso para elaborar un buen diagnóstico.
Algunas de las pruebas a solicitar pueden ser algunas de las siguientes:
- Analítica de sangre
- Radiografías simples o convencionales.
- Resonancia magnética
- TAC
- Gammagrafía ósea
- Densitometría ósea.
Tratamientos para el lumbago
Para tratar el lumbago, disponemos de varias opciones. Será el reumatólogo especialista el que mejor aconseje la idónea en cada caso:
- Analgésicos, que son medicamentos para el control del dolor
- Relajantes musculares
- Fisioterapia, con ejercicios para aumentar la flexibilidad, fortaleciendo el abdomen y la espalda.
- Uso de aparatología (dentro de las sesiones de rehabilitación), como son magnetoterapia, tens, infrarojos, entre otros. Así como masaje descontracturante en la zona.
Posterior a establecer un diagnóstico se determinará si son necesarios anti inflamatorios, medicamentos anti reumáticos, neuro moduladores, tratamientos en la Unidad del dolor o incluso remitir para valorar una cirugía.
Lo importante es acudir para ser valorado y encontrar soluciones a su dolencia.